"A mí me apetece", "io non sono mai andato", "era già ora", "allez, allez-y!", "algunos, incluso años", "da quanto che non ci vediamo", "venga, vale", "yo creo que ya hace meses", "ça commence è être une tradition, non?", "nosotros ponemos la casa y organizamos", "why not?"...
"Entonces: fin de año juntos, ¿no?"
Lunes 29 de diciembre... Desde Milano, València, Paris, Carcassone, Bucureşti y Dijon: Sarah, Valéry, Jesús, Maxime, Vincent, Paula, Silviu, Lili, Chris, Fabrice, Thomas, Bouillet nos plantamos todos en Bucureşti, capital de România. 2 coches y una furgoneta cargados de comida y maletas con dirección a una casita rural en Sinaia para celebrar el fin de año.
La casa rural estaba genial... Por unos 40 euros por cabeza estuvimos casi una semana en una casita de dos pisos con cuatro habitaciones en total de tres personas cada una. Estaba situada en Sinaia, al lado de unas pistas de esquí y bien comunicada por carretera.
El fin de año lo pasamos en una discoteca. Al final me hice amigo de las camareras. No cuento más... Sólo un detalle: prefiero mis típicas nocheviejas con uvas. Eso de no hacer nada, más que esperar al año nuevo llegar no me gustó...
Bucarest es muy bonita, bueno, eso es lo que aparentaba debajo de capa de medio metro de nieve (menos mal que me compré unas botas para ocasión, gracias Sergio)... Aunque lo más bonito, sin duda, fueron los castillos que visitamos. Por lo visto Dracula no era tan mal tío: para proteger a los rumanos y asustar a los turcos que llegaban desde el norte plantó un bosque de turcos empalados (con un palo por el trasero) y de ahí la leyenda...
La verdad es que mis amigos llevan reuniéndose todos los fines de año desde que nos conocimos todos en Padova en Italia y la verdad es me plantearé repetir el año que viene... En fin, ya veremos...
"Entonces: fin de año juntos, ¿no?"
Lunes 29 de diciembre... Desde Milano, València, Paris, Carcassone, Bucureşti y Dijon: Sarah, Valéry, Jesús, Maxime, Vincent, Paula, Silviu, Lili, Chris, Fabrice, Thomas, Bouillet nos plantamos todos en Bucureşti, capital de România. 2 coches y una furgoneta cargados de comida y maletas con dirección a una casita rural en Sinaia para celebrar el fin de año.
La casa rural estaba genial... Por unos 40 euros por cabeza estuvimos casi una semana en una casita de dos pisos con cuatro habitaciones en total de tres personas cada una. Estaba situada en Sinaia, al lado de unas pistas de esquí y bien comunicada por carretera.
El fin de año lo pasamos en una discoteca. Al final me hice amigo de las camareras. No cuento más... Sólo un detalle: prefiero mis típicas nocheviejas con uvas. Eso de no hacer nada, más que esperar al año nuevo llegar no me gustó...
Bucarest es muy bonita, bueno, eso es lo que aparentaba debajo de capa de medio metro de nieve (menos mal que me compré unas botas para ocasión, gracias Sergio)... Aunque lo más bonito, sin duda, fueron los castillos que visitamos. Por lo visto Dracula no era tan mal tío: para proteger a los rumanos y asustar a los turcos que llegaban desde el norte plantó un bosque de turcos empalados (con un palo por el trasero) y de ahí la leyenda...
La verdad es que mis amigos llevan reuniéndose todos los fines de año desde que nos conocimos todos en Padova en Italia y la verdad es me plantearé repetir el año que viene... En fin, ya veremos...
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